Las semanas tres y cuatro nos recibieron con los días patrios y un poco de transición ya que los cuatro artistas decidieron instalarse en El Jilguero Reserve para digerir sus experiencias empezar a articular y diseñar sus obras finales. Tanto los participantes como los facilitadores logramos disfrutar del paisaje y de la convivencia que iba tomando su propio ritmo, al tiempo de las montañas y las nubes.
Román organizó la caminata del Sendero Los Quetzales hacia Boquete, junto a José Carlos, Tova y Carolina. De allí sacó los bosquejos y fotografías de los paisajes y detalles cautivadores que luego plasmaría en dibujos increíblemente delicados, con los extractos de tintes de plantas propias del mismo entorno.
José Carlos se adentró en el movimiento y comportamiento de las microalgas bajo el microscopio y se pasó el tiempo creando videos y fotografías, fascinado con las micro constelaciones y su potencial infinito. El y Ela visitaron el maravillosísimo laboratorio de Angel Rodríguez (OSOP), donde analizan la sismología de toda la región centroamericana y fantaseamos sobre futuras colaboraciones.
Carlos y Aracelly continuaron su colaboración, que de hecho se volvió cada vez más estrecha y simbiótica. Hicieron pruebas interesantes en el patio del laboratorio de la profesora en la UNACHI. Surgió la idea de ser café.
Carolina siguió generosamente documentando la experiencia, la convivencia, los continuados procesos creativos. Y a la vez, colaboró con cada una de las piezas de los chicos. Fue tan especial ver su integración y dedicación total al proyecto, más allá de la documentación del mismo.
Al final, tuvimos una conversación sobre el título que podría tener la exhibición y cómo la visualizaban. El término serendipia, que fue lo que nos deseó la Dra. Karen Holmberg en la semana 1, resonó en todos. Parece que la apertura con que vinieron al proyecto, tanto las científicas como los artistas, se mantuvo durante el mes del LAB y permitió que todos nos dejáramos sorprender en el camino y confiar en el proceso y sus resultados.
(English below the photographs)
Weeks three and four arrived with the Panamanian national holidays and a bit of transition as the four artists decided to make their base in El Jilguero Reserve, to digest their experiences and start to articulate and design their final works. Both participants and facilitators were able to enjoy and sink into the landscape and the conviviality that started to create its on rhythm, in time with the mountains and the clouds.
Roman organised the hike of the Los Quetzales Trail to Boquete, along with José Carlos, Tova y Carolina. On that day he obtained the sketches and photographs of captivating landscapes and details which he would then turn into incredibly delicate drawings, using natural dyes extracted from plants that live in the very landscapes he draws. Viviana always available to help, while retreating back into her own day to day.
José Carlos went deep into the movement and behaviour of micro algae as seen through the microscope. He spent his time creating videos and photographs, fascinated by the micro constellations and their infinite potential. He and Ela visited the wonderful OSOP lab station, run by Angel Rodríguez, where they analyse the seismologic movement of the Central American region. And of course, we daydreamt about future collaborations.
Carlos and Aracelly continued their collaboration, which in fact became closer and more symbiotic. They made interesting tests in the yard behind her lab in UNACHI. The idea of ser café (being coffee) emerged.
Carolina continued to generously document the experience, the communal / collective aspect of the time and space shared, the creative processes. She simultaneously collaborated with the guys and each of the artworks! It was very special to see how well she integrated and dedicated herself fully to the project, beyond simply documenting.
Towards the end we had a conversation about the name the exhibition could have and how they envisioned it. The term serendipity (serendipia), which was the wish of Dr. Karen Holmberg during Week 1, resounded in everyone. It seems that the openness with which all participants came to the project was maintained throughout the LAB period and allowed us all to be surprised along the way, trusting in the process and their results.