SUELO: Bocas de Ceniza – Un proyecto de Estudio Nuboso comisionado para el 46 Salón Nacional de Artistas de Colombia // Sección “Caminar Contracorriente” – Barranquilla, Colombia – 2-12 de Julio de 2022
Introducción
Bocas de Ceniza – un lugar en el extremo, donde el agua dulce se mezcla con el agua salada y los pescadores tocan el cielo a través de sus cometas.
Dentro del colectivo Estudio Nuboso, trabajamos de manera interdisciplinaria en reconectar a las personas con la naturaleza. En esta ocasión, implementamos la metodología “Suelo,” desarrollada por la artista fundadora del colectivo, Ela Spalding. Esta práctica utiliza el concepto, la metáfora y la materialidad del suelo para rearticular el valor natural y cultural de un lugar seleccionado. En una residencia de 10 días, tuvimos la oportunidad de aprender de y responder al entorno de Bocas de Ceniza y sus habitantes, construyendo una conexión profunda con el tajamar.
Tratando de entender un espacio a través de sus distintas capas, consideramos Bocas de Ceniza, desde el terreno hasta los ojos de la gente que lo habita. Para esta residencia de co-creación, participamos tres artistas: Ana Berta Carrizo (Panamá), Tova Katzman (EEUU) y Wanda Von Brennen (Alemania), utilizando la fotografía en su sentido más amplio mientras trabajamos con cianotipos, película analógica, métodos científicos y video, entre otros. Aplicamos distintos procesos fotográficos alternativos basados en la investigación, participación comunitaria y experimentación audiovisual. Mientras tanto, los elementos del agua, tierra y plantas tanto como las historias de los residentes de este lugar encuentraron su camino dentro de la obra producida.
Viniendo de Panamá, un país nombrado por el Canal que aprovecha el río Chagres, estamos en sintonía con un lugar que le da la espalda al agua. En algún punto del océano caribe, las aguas del río Chagres y Magdalena se mezclan. Nosotras nos preguntamos, ¿dónde se mezclan las historias locales de estas dos regiones construidas sobre ríos que mueven el comercio global? Buscamos transmitir la fragilidad y la fuerza que hay en un lugar amenazado por las acciones humanas.
Esta residencia constó de dos fases: la primera se basó en reuniones e intercambios con personas de varias disciplinas que nos dieron luces a temas de interés en relación a la boca del río, historia, ecosistema actual, temáticas de conflicto o preocupación social y planes de desarrollo de Bocas de Ceniza. En la segunda fase se realizaron derivas, entrevistas, talleres e intercambios horizontales de conocimiento con la comunidad, culminando en instalaciones in-situ efímeras y la experiencia viva compartida.
Sobre la Metodología SUELO
SUELO es una metodología para reconectar con los lugares que habitamos; que utiliza el concepto, la metáfora y la materialidad del suelo como sustento, hogar, tierra y territorio para rearticular el valor natural y cultural de un lugar seleccionado, dando pie a redes de colaboración solidaria, prácticas de creación colectiva hacia futuros regenerativos y justos para todos.
Así como se analiza el perfil de un suelo, al implementar la metodología se van revelando las capas de historia, presente y futuros posibles a través de un intercambio de experiencias abierto entre los poseedores del conocimiento. Estos últimos vendrían siendo elementos del ecosistema, miembros de la comunidad local (viejos y nuevos) y aliados/invitados de diferentes campos de estudio que están conectados con la zona.
La experiencia Suelo está concebida como un intercambio horizontal de conocimientos y experiencias, partiendo de la premisa de que cada persona es experta en su propia vida, y que todos tenemos diferentes formas de aprender. Todos tenemos diferentes áreas de interés que pueden activarse a través de una variedad de impulsos, creando conexiones que nos lleven a cuidar del suelo, la tierra, el lugar, el territorio; o a ampliar nuestra comprensión sobre los lugares que habitamos y nuestro(s) rol(es) en ellos. El intercambio se puede llevar a cabo a través de narración de historias, experiencias físicas / prácticas, ejercicios de creación de vínculos y encuentros informales como comidas o paseos.
Los resultados de la experiencia pueden verse a través de talleres, experiencias compartidas, instalaciones y con documentación física (publicación) o audiovisual (vídeo, imágenes o audio). Concretamente pueden sentirse a través de la red de apoyo comunitario que comienza a manifestarse en el entrelazado de saberes y, por tanto, en las posibilidades de gestión de esos conocimientos (experiencias, proyectos y visiones). Idealmente, el resultado es que los participantes de Suelo y los habitantes del lugar seleccionado sientan un incremento de amor y comprensión por el valor natural y cultural del lugar que habitan.
Los objetivos generales de Suelo son:
- (re)articular el valor natural y cultural de un lugar seleccionado.
- (Re)conectar con los lugares que habitamos y nuestras comunidades.
- Concienciar sobre la importancia del suelo.
- Tejer redes de solidaridad para un futuro co-creativo y regenerativo, basado en una profunda comprensión y amor por un lugar.
Taller de Cometas de Pesca
Como parte de nuestro proceso de entender y conectar con el lugar, organizamos un taller de confección de cometas de pesca, impartido por Aníbal Bastidas y Carlos Monroy, pescadores de Bocas de Ceniza y además conocidos localmente por su vocación de hacer cometas y venderlas o compartirlas con sus colegas pescadores en el tajamar. El taller ocurrió en el marco de las actividades del Salón Nacional en Barranquilla, el sábado 9 de julio, en la segunda playa de Bocas de Ceniza en el restaurante Charlie’s.
El público estuvo conformado más que nada por artistas y curadores invitados al Salón Nacional, además de algunos artistas locales y algunos lugareños como conductores de motorizado que también quisieron compartir sus habilidades en la confección de cometas. Participaron más de 12 personas, al punto que nos quedamos sin materiales para todos y algunos tuvieron que compartir.
Los participantes aprendieron todo el proceso a partir de la construcción del esqueleto de la cometa, utilizando palitos de guadua que flota por el río Magdalena, previamente cortada y lijada por los pescadores, además de pita o hilo blanco. Aprendimos distintas formas que se pueden hacer con la pita, desde el diseño más popular que son líneas paralelas, y otras más creativas como distintas formas de estrellas y abstracciones geométricas. Luego hicimos la forrada con bolsas plásticas negras y pegamento, lo típico en el tajamar, o con papel de colores que ofrecimos a los participantes como opción más creativa. Luego se hizo el seteo de hilos a través de la cometa con los nudos en los ángulos correctos, para luego salir a volar las creaciones finales.
Obras finales
En el camino hacia la punta instalamos varias obras que responden a los elementos del agua, viento, tierra y plantas, tanto como las historias y los gestos de los residentes de este lugar. En agradecimiento por todo lo recibido y aprendido en los 10 días de residencia, quisimos dejar algo nuestro ahí. Les invitamos a visitar el sitio y conocer nuestras obras, las cuales fueron hechas a través de procesos de fotografía impresa, serigrafía y cianotipia, inspiradas en los personajes que conocimos y este entorno maravilloso.
Obra de Ana B. Carrizo
Bocas de Ceniza está congelado en el presente. Su pasado es agua, peces, algas. Y su futuro está en el aire, como una cometa de pesca de las varias que desfilan todos los días sobre el mar, ancladas a los dedos de los pescadores que habitan el enigmático rompeolas. El tiempo es un concepto que me vino mucho a la mente estando en ese entorno, porque es tan cambiante y en constante movimiento, que es imposible saber qué está pasando en él al menos que estés ahí. Nadie te lo puede contar, tienes que verlo, sentirlo, vivirlo — en el presente. La boca donde el río más grande de Colombia culmina y desplaza su energía hacia el mar Caribe. En este lugar ha surgido orgánicamente una cultura única, conectada con la naturaleza y maneras alternas de vivir de ella, sin intermediarios, en comunidad. A la intemperie de lo salvaje, en el abismo de la sociedad.
Mi obra parte del objeto de la cometa como metáfora y como símbolo de la historia que se ha hilado en este sitio en los últimos 90 años desde su construcción. La razón por la que muchos vienen curiosos a entender cómo hace un hombre para pescar y ganarse la vida usando solo una estructura de palitos rescatados del río, pita y bolsas plásticas. También alude al pasado y los principios de la humanidad, cuando por primera vez se usaron cometas con la intención de pescar en la antigua India y China, y que muchos presumen fue un gran motor en llevar a la sociedad a la escala en que existe hoy. Según el historiador barranquillero Jorge Vallejos, “el futuro de la vida en el planeta se decidiría en un replanteamiento de la relación del hombre con la Tierra.” Bajo esos parámetros, el plan previsto para este lugar es una amenaza a su energía y su ecosistema natural y social, vestido de progreso, de industria y modernidad, repleto de cemento y de utilidad, mas no de profundidad.
Rindo tributo a lo que es este lugar en todos sus tiempos, que nació con un propósito polémico y modernista, derrumbando ecosistemas y creando caos natural, pero que dió hincapié para que la creatividad y perspicacia del hombre lograra crear sinergías inimaginables en cuanto a las maneras de conectarnos y colaborar con la naturaleza. También soñando con un futuro en que aceptemos el cambio como venga, y recordemos con amor y nostalgia todas sus manifestaciones y posibilidades.
Obra de Tova Katzman
Bocas de Ceniza, donde el río Magdalena desemboca en el mar caribe. Un estuario, una salida, un momento en que el agua dulce suelta todo lo que ha estado acumulando por 1,528 km desde su nacimiento.
Mis imágenes sitúan el tajamar dentro de un paisaje de ensueño. Donde los movimientos de la naturaleza dictan el ritmo de la vida de sus habitantes. Donde la precariedad envuelve todo incluyendo el futuro. Donde las cometas de los pescadores puntúan el aire en olas de fragilidad y fuerza. Un lenguaje tácito aparece a través del viento para reemplazar el espacio y el tiempo por el agua y el cielo.
Pasamos diez días moviéndonos por Bocas de Ceniza, conversando con los pescadores mientras halaban suavemente el hilo de la cometa utilizada para extender su alcance al océano abierto. Cada noche mientras el viento trataba de llevar sus casas al mar, me llegaban imágenes en mis sueños que los mismos pescadores me ayudaron a recrear al día siguiente.
En las superficies de las piedras, tablones de madera, y las casas, las fotografías encuentran una nueva vida temporal dentro del tajamar. Ofrecen portales al mundo que construí en mi mente inspirado en los alrededores y su gente y lo que sigo soñando.
Obra de Wanda Von Bremen:
Un lugar en constante movimiento, un lugar en el intermedio tan delgado y largo que no esperas que haya nada allí. Entre el mar y el río encontramos un lugar mágico, una comunidad que nos invitaba a ser parte de ella. Pasamos casi todos los días en Bocas de Ceniza, subiendo esa larga franja, avanzando, sumergiéndonos más en el mar. Caminando, de un lado el océano, del otro el agua dulce del Río Magdalena, el viento volando sobre nuestras cabezas. No pasó mucho tiempo hasta que nos dimos cuenta que este lugar tiene una magia especial y nos sumergimos por completo en él. A través de conversaciones con los lugareños y capturando momentos con nuestras cámaras empezamos a construir nuestra propia imagen de ese lugar.
Es un lugar donde dos mundos chocan entre sí, un lugar de conexión y reciprocidad. Y es frágil, ante un futuro de cambios y dificultades ecológicas. Nuestro trabajo no hubiera sido posible sin todas las grandes personas que nos apoyaron, hablaron con nosotros y nos enseñaron sobre las tradiciones de la pesca y la artesanía de la fabricación de las cometas.
El viento es la energía de ese lugar, la razón por la cual los pescadores viven allí, comen allí y la vida se hace posible en esta larga franja de tierra. Por lo tanto, esta energía, el viento también sentí que tenía que ser la fuente de mi obra de arte cobrando vida. Quería dejar algo que encuentre su lugar en Bocas. Entonces imprimí mi fotografía en textiles, a través de la serigrafía, una práctica de arte casi totalmente sostenible que me permitió construir algo que puede quedarse en Bocas y morir en Bocas. Estos textiles los usé como banderas, colocándolos en palos para mostrar la dirección del viento. Y aquí estarán en Bocas mientras el viento les permita volar y bailar, dejando un pedacito de mí y de mi proceso creativo en este lugar.